7 de noviembre de 2011

Ahogarse en ruido siempre lo había odiado, pero aqui era la unica salida, el billete para conseguir que cualquier noche fuera capaz de bailar mirando el cielo, aun sabiendo que lo echaba de menos. Aun sabiendo que pedirle sus labios aquí y ahora no iba a tener nunca sentido. Sabiendo que sus brazos bajaban al infinito cada noche y todo se nublaba. Se nublaba tanto que la mataba de rabia. Rabia que solo ahogaba los viernes en ruido.

[Y en el fondo, sabes que me muero de ganas de verte]


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