Forzó una sonrisa frente al espejo y observo como le caía un hilo de sangre por el labio. Se metió en la ducha y abrió el grifo de agua caliente. Estaba helada. Aun temblaba mientras se repetía a si misma que no lo volvería a hacer. Que no volvería a dejarse inundar por humo y frió en noches como aquella.

Esa noche hablamos. 

Tú me aconsejabas coger el toro por los cuernos y poner los puntos sobre las íes. 

Yo te maldecía por haberte vuelto uno de esos tipos difíciles de encontrar. 

Al fin y al cabo siempre habíamos sido todo y nada al mismo tiempo.

            Ahora que sé que los infinitos son comparables….no nos queda nada. 

Solo la posibilidad de pensar que mi intervalo puede ser considerablemente mucho más amplio que el tuyo me asusta. Pero no solo en la forma de querer(nos), si no también en la posibilidad de llegar a odiar(te). 

El elefante azul voló durante unas horas y luego calló en una habitación violeta. La gente era extraña y no entendía mucho. Pero conforme pasaban las horas y los días él se sentía un poco mejor. Aunque creo, que solo era un intento más por sobrevivir. 

¿06/08/09 -11/01/12?

Que hasta el café sabia que mi corazón se quedaba allí.

No me apetece ir a ningún sitio.

...Ninguno que no sean tus brazos.